Chiara Mangiarotti-Invención versus adiestramiento
Hoy, en Italia, el ámbito en el cual el niño y el joven autista son principalmente “tratados” es el educativo. La legislación italiana prevé, de hecho, la integración de quienes tienen una minusvalía en los niveles escolares normales, la educación obligatoria y la escuela secundaria. La escuela se revela hoy el canal preferencial para la aplicación de las Líneas Guía 21 en relación al tratamiento de los trastornos del espectro autista, que prescriben preferencialmente el uso de las técnicas ABA. No sin dificultad para los niños o jóvenes autistas y sus maestros, por los motivos siguientes.
Aprender significa estar en una posición de escucha hacia el Otro, significa tomar del mundo exterior, de todo aquello que para el niño es Otro. Los chicos autistas no están en una posición de aprendizaje sino, al contrario, están en una posición de diferencia respecto a todo aquello que viene del Otro. Si, por un lado, la escuela requiere de una posición de escucha necesaria al aprendizaje, por otro, el niño autista, se encuentra en una posición de diferencia en relación al Otro que constituye la escuela. Esta contradicción puede ser un presagio de importantes consecuencias cuando un maestro empuja al niño autista a aprender. Como el acentuarse su cerrazón y la agresividad hacia sí mismo o hacia los otros como modalidad de regular al Otro “desregulado”, que ejercita un poder caprichoso sobre él.
Para el niño autista la palabra del Otro trae consigo una parte de goce peligroso del cual, el niño autista se defiende, erigiendo una barrera corpórea como caparazón. Si consideramos este muro un neo-borde sobre el cual el goce retorna, como ha propuesto Éric Laurent, tenemos la ventaja de que un borde que puede ser móvil, podemos intentar moverlo. Para hacerlo, el recurso principal del psicoanálisis aplicado al autismo es el objeto que usualmente el niño autista privilegia y del cual es inseparable. Es un objeto con el que el niño produce relaciones repetitivas, aquellas que normalmente son consideradas estereotipias, por ejemplo un aleteo.
Nosotros nos servimos de la mediación del objeto para engancharnos al niño y constituirnos como su partenaire, para sostenerlo en un trabajo a través del cual podrá salir de su cuerpo encapsulado. No se tratará entonces, de parte de los maestros y los educadores, de imponerse, cosa que llevaría fácilmente a un posterior cierre del chico o a transformarse en una máquina de responder a las demandas del adulto, sino de hacerse guiar por el niño para que pueda hacer propia una experiencia, un aprendizaje.
Con todo, no podemos saber hasta dónde llegaremos. Alejándose cada vez más de su cuerpo, el objeto podrá entrar en un intercambio, mediar en los vínculos sociales. Podrá conducir a un aprendizaje “especializado”, unido exclusivamente a intereses particulares del sujeto, para después convertirse en un aprendizaje más general. Todo dependerá de las invenciones que cada sujeto encuentre de modo contingente, no sin el sostén del Otro.
Traducción Luciana Fracchia Sardi.