Renata Cuchiarelli – Molinos de viento

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«El cerebro humano es tan vasto como el cosmos e igual de desconocido. Aquí, en Neberdine, somos pioneros en un procedimiento revolucionario que revelará los misterios secretos de la mente y reemplazará el anticuado sistema de terapia para siempre: perdón Sigmund. Ustedes son los pioneros en la construcción de un nuevo mundo. Muy fácil: tres pastillas tomadas en tres fases. Luego de tomar cada pastilla la supercomputadora GRTA, con su inteligencia artificial va a identificar, bosquejar y enfrentar los datos compilados de su cerebro. No se preocupen si después de esta prueba experimentan alegría pura y espontánea; volverán a nacer, pero no serán bebés.

Bienvenidos al inicio de su nueva vida, no volverán a ser los mismos nunca.» (1)

¿Ficción o realidad?

He tomado este momento de la serie porque es espeluznante, muestra la entrada de la maquinaria neurobiocientífica (biotecnología farmacéutica en la serie) a la vida de un sujeto a la deriva. Espeluznante porque no hay tu tía, no hay nada que decir, nada que hacer, sólo órdenes que acatar para llevar a cabo la prueba.

Se ve aquí de forma cruda una de las caras del progreso: esa que quiere eliminar la repetición de la marca, única huella posible de un inconsciente en peligro de extinción.

La promesa de felicidad del sueño cientificista cobra vida en los dos protagonistas, Annie y Owen, quienes intentan hacer lazo desde su posición, y estar de algún modo advertidos de lo que está en juego, costo-beneficio de someterse al ensayo clínico. “El vehículo de esta promesa es el cerebro…utopía científica que resuelve en un solo golpe intrincadas cuestiones de la economía de la felicidad con la erección de una ciencia de los estados de ánimo”. (2)

Esta serie evoca muy bien el eterno presente del que habla Eric Laurent cuando se refiere a una época en la que el fetichismo de la mercancía (objeto felicidad) se anuda a una irrealización de la vida: empuje a la imaginarización del placer.

En las antípodas de la ética del bien decir y del saber hacer con el goce del síntoma, el paciente de Neberdine, entra a la promesa de curación de la misma manera que sale: despojado de su palabra. Es él mismo un objeto, pero un objeto que no está incluido en ningún discurso, fuera de cualquier lazo social.

La promesa de Lacan es inversa: «Ninguna armonía del ser en el mundo si habla…la metonimia para el cuerpo es la regla.» (3) Que “se lo escuche”, es la condición para hacer existir el inconsciente, en tanto que trauma, saber y acto.

¡No dejemos que se ex-tinga!

  1. Extracto de la presentación de un ensayo clínico de psicofármacos por los médicos del laboratorio, Muramoto y James, a los pacientes seleccionados para la prueba. Episodio 2: Molinos de Viento. Maniac. Serie de Netflix. www.netflix.com
  2. Gabriela Rodríguez. La medida de la felicidad. Pgs, 171-172. Revista El escabel de La Plata. Nro 1 Felicidad y Satisfacción. Año cero. 2018.
  3. Jacques Lacan. Televisión. Pg. 550. Otros escritos. Ed. Paidós, 2012.

Referencias:

  • Marie Hélène Brousse. El triunfo de los objetos. Lacan Quotidien No 806. Dimanche 9 de décembre 2018.
  • Eric Laurent. El final de la historia, la civilización de la ciencia y el dandismo de la pulsión. psicoanalisislacaniano.com.

    Traducido por Patricio Moreno Parra

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