Phénicia Leroy – Elegir hacer del agujero un tesoro

“Podemos controlar los sueños”, es el título pegadizo de una revista (1). Resume los resultados de investigaciones en “Ciencia de los Sueños” que actualmente viviría su “edad de oro”. “La verdadera clave de los sueños, científicamente fundamentada” sería casi alcanzada.
El dossier relata tres descubrimientos:
En primer lugar, la “zona caliente” se ha situado recientemente en la parte posterior del cerebro e incluye varias áreas que se activan durante nuestros sueños, probando su existencia. En el laboratorio, los investigadores son capaces de predecir cuándo el durmiente comienza a soñar, según el aumento de activación neuronal de esta zona. La etapa suplementaria sería tratar de crear una imagen del sueño, a partir de esta actividad cerebral gracias a un programa de inteligencia artificial.
En segundo lugar, los investigadores prometen “someter los sueños a nuestra voluntad” gracias a la lucidez. El sueño lúcido se define como un estado de conciencia intermedia durante el cual el durmiente se da cuenta de que está soñando. Los investigadores pretenden provocar sueños lúcidos por medio de métodos mentales o de inducción utilizando técnicas “simples y eficaces”: una píldora para la enfermedad de Alzheimer o electrodos. El interés de estos sueños sería múltiple: para el entrenamiento deportivo, la creatividad, el tratamiento de las pesadillas, la lucha contra la esquizofrenia…
Finalmente, los neurobiólogos comienzan a ponerse de acuerdo sobre la función del sueño, que debe entenderse en términos de “utilidad”. Hasta ahora, dos teorías circulaban: una argumentando que los sueños consolidan la memoria, la otra que los sueños metabolizan nuestras emociones. Surge una tercera: los sueños serían un entrenamiento para enfrentarse mejor la vida real.
En esta “Ciencia de los Sueños”, éstos no significan nada, no se refieren a nada.
Estos investigadores sueñan con retener lo que no se puede atrapar. Entonces: localizan, cifran, programan, optimizan, prometen utilidad. No están interesados en el tema.
(1) Science et vie, Dossier « On peut contrôler ses rêves », n°1215, diciembre de 2018.