Eugenia Varela – El inconsciente y el cerebro-centrismo del neuro-cognitivismo
En su operación comando en 1967 (1), Jacques Lacan acepta hacer intervenciones en provincia, pronuncia su seminario “el Acto Psicoanalítico” y la “Proposición sobre el Psicoanalista de la Escuela”, escribe tres textos claves entre los cuales está La Méprise du Sujet supposé savoir (2) que nos interesa, entre otros, para trazar una línea de demarcación con el lenguaje de las neurociencias que tratan el psicoanálisis como un asunto del pasado y a Lacan destituido de su función de Sujeto-supuesto-saber en el psicoanálisis. ¿Qué es el inconsciente? Su pregunta resuena al comienzo de su texto, descubrimiento que considera “el más revolucionario que fuese para el pensamiento” donde la dimensión de Unheimlich, lo Siniestro, que tiene la aprehensión de la realidad por el sujeto, está en su lazo más íntimo con el goce inconsciente. Su texto sobre el Witz, con el chiste famillonario (3) contado por un personaje de ficción de Henri Heine, Hirsch Hyacinthe, demuestra que al articular el inconsciente se produce un decir nuevo. Tomar el inconsciente como un hecho y no como un efecto del significante provoca un errar sin fin. “El inconsciente no es subliminal, débil claridad. Él es la luz que no deja su lugar a la sombra, ni insinuarse el contorno. Él representa mi representación allí donde ella falta, donde yo no soy sino una falta de sujeto”. (4) El inconsciente no es un saber allí que podría extraerse del fondo de la memoria, se trata de un vacío.
La moral, la religión y la hermenéutica habían momificado este descubrimiento como una pérdida de memoria, un estado de inconsciencia y de evolución biológica del ser en el mundo. Esta deformación post-freudiana del inconsciente muestra la regresión operada hacia la ciencia tradicional que inyecta el alma en un “ser que piensa”, con la cual se quieren fundar las llamadas ciencias humanas, la educación y la salud mental. Una forma del pensar que podría medirse por la conducta, regulada por el sistema nervioso y sin referencia al sujeto. En este obscurantismo surgieron los expertos del cognitivismo-comportamental para clasificar el sufrimiento y tomar el cuerpo a partir de su lazo armonioso a la salud: su forma, su alma. (5) Lo que llamo el cerebro-centrismo alcanza su apogeo en medio de esta regresión del saber científico.
En su entrevista, Radiophonie en 1970 (6), Lacan habla del efecto de disrupción provocado por el significante que no produce un efecto de sentido a-posteriori, ya que él es actual y bien real. Los efectos del lenguaje anteriores a la significancia de un sujeto son una materialización del inconsciente, un aluvión y depósito que marca el cuerpo (7). En su última enseñanza, el Uno del significante y el Uno del goce que vienen por el lenguaje son primeros en el sentido de la irrupción que se repite en el cuerpo, sus efectos no se suman pues no hacen cadena. No se trata del retorno de lo reprimido, ni de la falta de memoria, sino de la marca que el Uno conmemora con la irrupción del goce. Con este real se anudan las dimensiones imaginaria y simbólica del cuerpo en la relación topológica del sinthome (8).
La regresión del saber científico promovida por los neuro-cognitivistas en el campo de la salud mental con respecto al inconsciente es la de tomarlo como un organismo, físico y de salud mental. También, borrando la ruptura que implicó la emergencia del discurso de la ciencia en los siglos XVI-XVII. Los hombres del siglo XVI conocieron una nueva cosmología, el universo quedó centrado con la astronomía de Copérnico que además de ser gran matemático tomaba el sol como un Dios (9). En el siglo XVII Descartes funda su método científico con la suposición de un Dios donde están escritas las verdades concernientes a lo real, reduciendo el Otro a su “luz natural”, traza de lo real que sostiene su cogitación (10). En la III Meditación, Descartes atribuye a “la luz natural” un principio de causalidad distinto de lo que podemos aprehender por naturaleza, estableciendo una discontinuidad entre la causa y la ley en este axioma previo a su cogito. La aplicación de su axioma a las ideas inaugura por su ergo cogito el acta de nacimiento de la realidad psíquica (11).
Entre los neuro-cognitivistas abunda la hermenéutica promovida como una ciencia por el uso que hacen de los aparatos de observación del cerebro que les sirve para clasificar todo tipo de “problemas de comportamiento” e incluso el estrés post-traumático. El cerebro es un objeto de la naturaleza que responde a las imprecaciones del neuro-mago que le hace decir todo y para tutti quanti. Sin ninguna relación al lenguaje, al cuerpo, ni al goce de un ser hablante, se promueve una sugestión fundada en las palabras del prestidigitador y en las imágenes digitales, para todos. La concepción de la materia vuelve por un reversazo de algunos siglos a definirse como lo natural, según las leyes de la naturaleza. Un scoop en las redes y la prensa internacional ha sido la publicación de The National Science Review of China con el experimento realizado por el Instituto Kunming de Zoología y la Academia de Ciencias de Pekín con el apoyo de la Universidad de North Caroline (12). Científicos chinos implantaron “genes claves para el desarrollo del cerebro humano en macacos esperando obtener luces sobre la evolución de la inteligencia humana y aumentar la memoria de los macacos, produciendo en su cerebro propiedades próximas a los humanos”. Investigación que fue ratificada por su colega del Instituto Pasteur de Paris, Pierre-Marie Lledo director del Departamento de neurociencias. De los 11 macacos sometidos al implante “del gen de la inteligencia humana” solo cinco sobrevivieron, cuestión que los cientistas norteamericanos criticaron pues “se producen seres humanos por la modificación genética que no pueden sobrevivir”. El director de neurociencias del Instituto Pasteur replica que “la experiencia dará luces sobre enfermedades desconocidas, por la genética, como la esquizofrenia”. Los cientistas anuncian así una aurora que dará a luz un nuevo cerebro y una nueva humanidad, por la nobleza de sus intenciones en el arte de fabricar un astro, el cerebro-pedagógico.
Notas
1 Miller, Jacques-Alain. Quatrième de couverture de Mon Enseignement de Jacques Lacan, collection du Champ Freudien dirigée para Judith et Jacques Alain Miller, Éditions du Seuil, Paris, 2005.
2 Lacan, Jacques. La Méprise du Sujet supposé savoir, Autres Écrits, Éditions du Seuil, Paris 2001, Pág.329
3 Lacan, Jacques. Le Famillonaire, Les formations de l’Inconscient, Éditions du Seuil, Paris, 1998, Pág.9
4 Lacan, Jacques. La Méprise du Sujet supposé savoir, note 1, Autres Écrits, Éditions du Seuil, Paris 2001, Pág.334
5 Miller, Jacques-Alain. Choses de Finesse en Psychanalyse, cours du 3 décembre 2008, l’Orientation lacanienne, inédit, Paris.
6 Lacan, Jacques. Radiophonie, Autres Écrits, Éditions du Seuil, Paris, Pag.415
7 Ibíd., Pág. 417
8 Miller, Jacques-Alain. L’Un tout seul, cours du 23 mars 2011, l’Orientation lacanienne, inédit, Paris.
9 Varela, Eugenia. Discours de la science et modernité, Paradoxes de la sexualité contemporaine, thèse du Département de psychanalyse de Paris 8, nov. 2012.
10 Miller, Jacques-Alain. L’Un tout seul, cours du 18 mai 2011, l’Orientation lacanienne, inédit, Paris.
11 Ibid.
12 Le POINT Chine : des scientifiques veulent rendre des singes plus proches de l’homme, https://www.lepoint.fr/sciences-nature/chine-des-scientifiques-veulent-rendre-des-singes-encore-plus-proches-de-l-homme-26-04-2019-2309732_1924.php, Paris.
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