Guy Poblome – Hace frío
Dopamina, serotonina, noradrenalina, testosterona, estrógeno, oxitocina, vasopresina, son las hormonas que controlan nuestro cerebro. A través de productos químicos, tratamos de despertar o anestesiar nuestro cerebro. De hecho, ha existido desde el principio de los tiempos. La sustancia utilizada por Max Bouche en el tratamiento del estrés postraumático tiene esta particularidad: no borra el hecho traumático de la memoria, sino que atenúa sus efectos de angustia. Permite abordar lo real del acontecimiento traumático, de la causa, sin sufrir los efectos.
Esta sustancia se utilizó masivamente después de la guerra de Vietnam en un intento de detener la epidemia de suicidios entre los soldados que regresaban al país : 60.000 suicidios por cada 50.000 muertos en la guerra. Alan Rowan nos muestra que actualmente la epidemia se sirve del remedio: en 2017, los EEUU lamentaron 72,000 muertes por sobredosis de analgésicos recetados. Hiela la sangre.
Lo que Lacan nos dice de la causa en el Seminario 11, sigue siendo una realidad ponderada por lo real : la causa “se distingue de lo que hay de determinante en una cadena o, dicho de otra manera, de la ley,(…) sólo hay causa de lo que cojea ». El inconsciente no se reduce al saber, al automaton, sino que también es encuentro, contingencia, tyché. El saber científico quiere cubrirlo con esta voluntad de no querer saber nada.
Adele Succetti calienta un poco el ambiente gracias a un programa de televisión llamado Superbrain, en el cual las personas que participan, muestran sus extraordinarias habilidades mentales, como animales de feria. Estos súper-cerebros se presentan como si tuvieran un « cerebro frío ». Pero afortunadamente, algunas expresiones de deseo hacen que la emisión sea un poco más glamurosa para poder venderse.
No puedo evitar recordar que una de las principales figuras de un partido populista y nacionalista que participa en el gobierno de Bélgica ha tenido un gran éxito justo después de participar en un programa de televisión llamado De slimste mens ter wereld, « La persona más inteligente del mundo ». Tengo frío en la espalda, otra vez.
Traducción: Norma Lafuente
(1) Lacan J., El Seminario 11, Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 1964, p. 29 y 30.